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La casa y sus habitantes

Nuevas formas de habitar en la era covid

El año 2020 fue -y sigue siendo- un año de desafíos en frentes muy diferentes pero igualmente significativos desde el punto de vista social. Los meses recién pasados han puesto en tela de juicio un sistema establecido basado en certidumbres (las rutinas laborales, el tiempo libre o la banal relación con el vecino) que se creían intocables, pero que de repente llegaron a desaparecer.

El hogar volvió a ser el centro de atención y con él el estilo de vida de todos sus componentes. Nos dimos cuenta de que vivir a tiempo completo con todos los miembros de la familia, sin «posibilidad de escapar», requiere una reorganización física y, antes incluso, mental nada desdeñable. Hemos redescubierto todos los espacios, incluso los de tránsito sin función definida, en busca del lugar adecuado para las actividades no ordinarias, el trabajo, el deporte y la escuela.

Hemos sentido envidia por quienes disponen de un lugar privado al aire libre, ya sea un jardín o un simple balcón. Nos hemos enfrentado a la tecnología y nos hemos dado cuenta de que es indispensable para estar en contacto con el mundo, para poner las cosas en marcha y para mantener «la distancia adecuada» y evitar el contagio.

En pocas palabras, nos hemos encontrado en una situación de emergencia que exigía un cambio repentino de costumbres para el que nadie estaba preparado. La ciudad y el hogar siempre han estado sujetos a una transformación constante, pero la gradualidad de la renovación hace que pase casi desapercibida.

Ahora, como nunca antes, calidad de vida es sinónimo de calidad de espacio. Las características de construcción más demandadas hoy en día y que permiten el confort en la vivienda son las siguientes:

a) Luminosidad y espacios abiertos

Para garantizar el confort físico y psicológico necesario para cada actividad, la amplitud de la luz es crucial. Ventanas de perfil extremadamente fino permiten la máxima luminosidad incluso en presencia de pequeñas luces arquitectónicas. Cuando no hay espacio fuera, una casa luminosa marca la diferencia.

b) Salubridad

A menudo se da por sentado que el aire interior es saludable o, en todo caso, bastante menos nocivo que el que se encuentra en el exterior. En general, se puede decir que los valores de concentración de los contaminantes son más bajos pero igualmente impactantes para la salud debido a la duración de los tiempos de exposición. Algunos ejemplos son el humo del tabaco, los procesos de combustión, los productos de limpieza, el uso de colas, adhesivos o disolventes. Un entorno con buena recirculación del aire, ya sea automática o manual, mejora profundamente la habitabilidad y el bienestar percibido.

  • Las ventanas abatibles de la línea Klima 80, perfectas incluso para las situaciones más estrechas, constituyen el método más sencillo y directo para garantizar una buena circulación del aire.

c) Privacidad

El hogar siempre ha sido el lugar donde conectamos con el concepto de intimidad y el ámbito de las actividades personales. Se percibe como «espacio emocional» y comprende el tiempo que elegimos dedicar a nosotros mismos. No siempre es una zona delimitada del hogar, por lo que los espacios filtrantes también resultan decisivos. La superficie que antes era suficiente para todas nuestras necesidades ya no lo es: la ventana adquiere un papel estelar porque amplía la perspectiva y nos da la sensación de lo ilimitado.

  • La ventana amplía ópticamente el espacio y define un lugar más íntimo cerca de su umbral. Así se crea una zona de trabajo o de ocio en la que encontrar un mínimo de intimidad en el ciclo continuo de la vida cotidiana.

d) Espacios multifuncionales

Cuando la esfera del trabajo se funde de repente con la doméstica, no es fácil encontrar sitio para todo. Las casas sin zona de estudio, por ejemplo, ponen en dificultades a sus habitantes, que intentan organizarse lo mejor y más rápidamente posible en función de sus recursos. Por eso se habla de nuevos criterios para el diseño y la renovación de edificios, que tengan más en cuenta el espacio dedicado al «puesto de trabajo».

  • La emergencia ha acelerado sin duda una tendencia que ya estaba en marcha: la ventana se convierte en el eje alrededor del cual se organizan las actividades laborales o de ocio de la familia. Un sencillo escritorio frente a la pared acristalada de Villa Pisa constituye un puesto de trabajo agradable y bien iluminado, que mejora el bienestar visual de cada actividad.

e) Personalización

En el artículo anterior Alojarse en casa, con estilo hablábamos de lo importante que es definir un entorno que se parezca a nosotros y nos haga sentir perfectamente a gusto incluso en las situaciones más complicadas. De hecho, según la neuroarquitectura, la distribución, la iluminación y el mobiliario de la vivienda influyen sustancialmente en el sistema nervioso, por lo que actúan directamente sobre nuestro estado de ánimo. Una vez comprendido que el hogar es una de las proyecciones físicas de nuestro ser, la sensación de protección que sentimos dentro de un entorno será más clara: un hogar en armonía con nuestro cuerpo se convierte en terapéutico.

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