Arquitectura rural y moderna
Con el telón de fondo de las variadas colinas de Piacenza, Villa Piacenza se asienta con sobriedad, encajando perfectamente en un paisaje que la reconoce como parte integrante y genuina. Su forma reproduce la de las típicas construcciones rurales diseminadas por el campo, un edificio sencillo y compacto, casi monolítico en su esencialidad.
El jardín que lo rodea es un proyecto del Estudio Antonio Perazzi: cada especie ha sido cuidadosamente seleccionada para reproducir la biodiversidad del paisaje local, en una mezcla espontánea y poética de colores y materiales naturales. Las variedades de plantas presentes abrazan los espacios exteriores en un continuo diálogo estético y sensorial.
El concepto principal del proyecto realizado por el arquitecto Geert Koster es la sostenibilidad. Lo encontramos en la base de cada elección, desde la posición de la casa hasta su orientación, desde la elección de materiales naturales o reciclados hasta la disposición de los espacios interiores, en nombre de la simplicidad y la linealidad.
El revestimiento exterior es de lamas de alerce, un material natural pero contemporáneo que se integra perfectamente en el contexto y los colores existentes. Las baldosas de piedra de lava marcan las entradas, creando un agradable contraste cromático con las superficies de grava y el suelo interior con acabado de cuarzo-cemento.
skyline minimal frames y villa piacenza
Si desde el exterior Villa Piacenza parece un edificio tradicional, cuando se entra se puede apreciar toda su modernidad innata. Las habitaciones se colocan de manera fluida a lo largo de un eje de distribución que atraviesa el edificio longitudinalmente, conectando visualmente las dos entradas en los alzados menores.
Las ventanas de la colección Skyline Minimal Frames son de madera de abeto lacada en blanco, del mismo color que las paredes de cal y las cerchas expuestas, para conseguir un efecto verdaderamente minimalista y discreto. Las puertas de entrada de dos y cuatro hojas con fanales y las ventanas deslizantes de las habitaciones respetan el carácter esencial de todo el proyecto, añadiendo un producto de calidad y belleza que parece haber nacido con la casa.
La ventana fija de la zona de estar se convierte en una estantería, un asiento y un mirador privilegiado de la naturaleza. Lacada por fuera con una pintura protectora de color antracita, la ventana cuadrada interrumpe la continuidad de la fachada de lamas verticales y abre la vista al paisaje evocativo enmarcándolo elegantemente.
El acristalamiento estructural del sistema Skyline es de alto rendimiento y permite mantener el alto nivel de eficiencia energética establecido por el arquitecto. La orientación de la villa, la estratificación de las paredes de mampostería y la elección de ventanas y puertas fueron elementos esenciales para el éxito del conjunto.