Racionalismo y luz en las tierra bajas veronesas
En un pueblo tradicional de la baja llanura veronesa se levanta un edificio nuevo que no tiene nada de tradicional. Villa Verona, con su aspecto fuertemente moderno y minimalista, se distingue de cualquier otro edificio de los alrededores, constituyendo una singularidad arquitectónica inesperada y sorprendiente.
Los volúmenes blancos, puros en su esencialidad de líneas y ángulos rectos, sugieren el rigor compositivo típico de la arquitectura racionalista. La estética de la estructura viene dada por las formas limpias, las ventanas en forma de cinta, que atraviesan las fachadas permitiendo el máximo asoleamiento posible, y los materiales de acabado utilizados, reducidos al mínimo y todos en el mismo tono, un blanco cálido y elegante.
Los colores y el tratamiento de las superficies dan la ilusión de un espacio continuo, tanto en el interior como en el exterior; por otro lado, las puertas a ras de pared y la cortina de oscurecimiento oculta contribuyen a crear un entorno libre de cualquier elemento o decoración innecesaria.
El proyecto fue creado a la medida y al gusto de los propietarios: cada detalle, desde la iluminación hasta los espacios dedicados a las distintas funciones, fue concebido y deseado así con el fin de una homogeneidad y coherencia ejemplares.
Los diseñadores de Studio Tecnico Bomer han traducido el ideal estético-espacial de los propietarios en una arquitectura concreta y funcional, dando como resultado una vivienda sencilla pero personalizada hasta el más mínimo detalle.
Las habitaciones están llenas de luz: las numerosas ventanas juegan con las geometrías de los alzados, creando una alternancia de llenos y vacíos, un sobrio patrón rítmico que rompe la continuidad de la mampostería. La línea de ventanas y puertas Skyline Minimal Frames transmite los conceptos que guían todo el proyecto: modernidad, minimalismo, pureza, elegancia y personalización.
El perfil de madera, muy delgado y lacado como muestra para mimetizarse aún más con su contexto, crea la ilusión de un diseño bidimensional trazado en la pared transparente, una presencia refinada con carácter gráfico.
Las puertas correderas elevables Skyline, equipadas con triple acristalamiento y un riel bajo de aluminio, parecen increíblemente ligeras a pesar de sus grandes dimensiones, por ejemplo en la zona de bienestar, donde las hojas alcanzan los 3 metros de altura y longitud.